domingo, 15 de junio de 2014

El Retrato

Se le llama  así porque el descriptor resalta las características físicas de una persona; pero no basta con resaltar su forma de vestir, caminar o la textura de sus manos, hay que ir a los rasgos interiores como el carácter o el temperamento, destacando los rasgos que definen al personaje. Combina la prosopografía y la etopeya, formas de descripción que veremos más adelante.

Ejemplo:

Taylor Caldwell, hace una bella descripción de retrato de su libro Gloria y esplendor:

"Aspasia se apoyaba en las rodillas de su madre y comías satisfecha un pastelito relleno de annapola, miel y piel de cidra. Acilia sonrió al contemplar los grandes ojos castaños de su hija, llenos de luces misteriosas y chispas brillantes y sombreados por pestañas doradas, muy largas y rizadas. El cabellos de la niña, que le llegaba hasta la cintura, parecía una red de suaves hilos de oro. Sus rasgos eran delicados e insinuaban una creciente madurez, aunque sólo tenia seis años. Cuando sonreía como ahora, sus mejillas de tono suave se llenaban de hoyuelos que aparecían y desaparecían en torno a los labios, de un intenso color escarlata. Había en ella un encanto fascinador, cierto embrujo.


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